Bogotá fue testigo de uno de los conciertos más ambiciosos del año con el regreso de J Balvin al estadio El Campín. Durante cerca de seis horas, el artista paisa ofreció un espectáculo que combinó repertorio, invitados de distintas generaciones y una puesta en escena diseñada para celebrar su recorrido musical y el peso del reguetón colombiano.

El show arrancó pasadas las 8:00 p. m. con Blanco, tema de su álbum Colores, y desde ese momento dejó claro que se trataba de una noche pensada como experiencia colectiva. La tarima 360°, el concepto de Ciudad Primavera y un repertorio de más de 30 canciones marcaron el ritmo de una presentación que mantuvo al público conectado de principio a fin.

Uno de los primeros gestos simbólicos fue la aparición de Jorge Barón, quien le dio a Balvin la tradicional “patadita de la buena suerte”, despertando una ola de nostalgia en el estadio. A partir de ahí, el concierto se transformó en una sucesión de encuentros que recorrieron distintas etapas del género urbano.

Artistas como Dragón y Caballero, Blindaje 10, Jiggy Drama y Reykon evocaron los años iniciales del reguetón en Colombia, mientras que invitados internacionales como Nio García, Jory Boy, Justin Quiles, Lenny Tavárez, De La Ghetto, Cosculluela y Arcángel elevaron la intensidad del espectáculo. Nicky Jam fue una de las apariciones más celebradas de la noche y aprovechó su paso por el escenario para anunciar su próximo concierto en Bogotá en 2026.

El cierre de invitados colombianos llegó con Feid, quien compartió escenario con Balvin en uno de los momentos más coreados del concierto. Más adelante, la noche tomó un giro inesperado con la presencia de Ed Sheeran, quien interpretó Perfect y Shape of You, además de unirse a Balvin en Sigue, sellando una de las colaboraciones más comentadas del evento.

El costado más íntimo del show llegó con la aparición de Valentina Ferrer y su hijo Río, quienes acompañaron al cantante durante la interpretación de Río, una escena que aportó un tono emocional al cierre de la jornada.

Con este concierto, J Balvin reafirmó su capacidad de convocatoria y su rol como figura central del movimiento urbano latino. Más allá de la duración y la lista de invitados, El Campín vivió una noche que sintetizó pasado, presente y proyección internacional en un mismo escenario, consolidando este show como uno de los hitos musicales de 2025 en Colombia.

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