Beéle abrió este viernes la primera fecha de su residencia en el Movistar Arena de Bogotá ante 14.000 asistentes, dando inicio a una serie de seis conciertos completamente vendidos que marcan el capítulo más ambicioso de su carrera. El artista barranquillero presentó un espectáculo cargado de energía, invitados especiales y un despliegue visual que confirmó por qué su propuesta se ha convertido en una de las más sólidas del pop urbano actual.
El concierto comenzó con un gran telón verde que cayó en medio de pirotecnia, revelando un escenario rodeado de plantas tropicales. Ese primer impacto visual dio paso a No tiene sentido, tema con el que Beéle encendió el recinto junto a su equipo de bailarines y una producción marcada por fuego, humo y efectos que mantuvieron el ritmo alto desde los primeros minutos.
A lo largo de la noche interpretó canciones clave de su repertorio, entre ellas Top diesel, Quédate y Algo bueno, acompañadas por más de veinte bailarines que sumaron dinamismo a cada coreografía. En temas como Una curita por favor, el movimiento se extendió hasta las graderías, donde miles de teléfonos grababan las rutinas que ya circulan masivamente en redes, un elemento que refleja el impacto digital del artista.
Uno de los momentos más celebrados llegó con la aparición de Nampa Básico para interpretar Hasta aquí llegué, tema que Beéle presentó como una reflexión personal sobre la salud mental. Minutos después, el Movistar Arena estalló cuando Ozuna subió al escenario para cantar Ale ale, estrenar una colaboración inédita y regalar una interpretación de Farsante luciendo la camiseta de la Selección Colombia.
La parte emotiva de la noche llegó con Una vez al mes, interpretada por primera vez en vivo. El artista la describió como una de las composiciones más sensibles de su carrera, un comentario que recibió una respuesta cálida del público.
Esta primera noche confirma el alcance que ha tenido Borondo, su álbum debut de 26 canciones que combina afrobeat, pop y ritmos caribeños. El proyecto no solo consolidó su sonido, sino que le permitió convertirse en uno de los artistas más escuchados en plataformas y llenar seis veces el Movistar Arena, una hazaña poco común para un artista de su generación.
Con un inicio tan sólido, la expectativa por las próximas presentaciones se mantiene en ascenso. Las seis noches agotadas no solo sellan su mejor momento profesional, sino que también proyectan a Beéle como uno de los nombres más influyentes del nuevo sonido urbano colombiano.






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