La relación entre Karina García y Andrés Altafulla, una de las más mediáticas que dejó La casa de los famosos Colombia 2, dio un giro inesperado, de la complicidad en cámaras a una disputa legal por dinero. La cantante paisa estaría exigiendo al barranquillero una suma cercana a 25 millones de pesos por un presunto incumplimiento de contrato relacionado con proyectos musicales y audiovisuales que realizaron mientras eran pareja.

Lo que comenzó como una historia de amor seguida por miles de fanáticos, terminó en una controversia que mezcla lo sentimental con lo profesional. Según medios locales de Barranquilla, la ruptura no habría sido tan cordial como ambos intentaron mostrar en redes sociales.

Detrás de los mensajes de respeto mutuo, se esconde un conflicto por acuerdos económicos que, según García, no fueron respetados.

Personas cercanas a la artista aseguraron que existía un acuerdo firmado entre ambos, en el que se establecía una compensación económica por su participación en videoclips y colaboraciones artísticas. Sin embargo, ese documento no habría sido cumplido por Altafulla, lo que llevó a la cantante a iniciar el reclamo.

El amor y el trabajo son cosas distintas”, habría dicho una fuente cercana a García, señalando que la intérprete pretende “hacer valer sus derechos” sin mezclar sentimientos con obligaciones profesionales.

El reclamo detrás del éxito

Durante su relación, Karina García fue una pieza clave en el impulso artístico de Altafulla. No solo protagonizó el videoclip de Un coleto como yo, el primer lanzamiento del cantante tras ganar La casa de los famosos, sino que también participó en la promoción de varias de sus canciones y proyectos digitales.

Ahora, García asegura que ese trabajo —que incluyó presencia en videos, campañas y eventos— nunca fue remunerado. Su exigencia de 25 millones de pesos buscaría, según su entorno, compensar el aporte artístico y comercial que hizo durante el tiempo que estuvieron juntos.

El conflicto estalla apenas tres meses después de que Altafulla se coronara ganador del reality, llevándose un premio de 400 millones de pesos. En aquel momento, la pareja celebró junta la victoria, compartiendo imágenes del triunfo y del maletín lleno de billetes. Hoy, ese recuerdo se ha transformado en símbolo de una relación rota por los intereses económicos.

Las redes sociales se han convertido en un campo de batalla. Mientras algunos seguidores acusan a García de “querer aprovecharse del éxito” del cantante, otros defienden su postura, argumentando que “solo está exigiendo lo que le corresponde por su trabajo”.

Por su parte, Altafulla continúa con su agenda artística, aunque sus seguidores no han dejado de comentar la controversia que amenaza con eclipsar su reciente éxito.

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