El recital en el recinto Vive Claro dejó una noche de clásicos, emociones y polémica. Mientras miles de fanáticos coreaban los himnos de la legendaria banda, los vecinos del sector protestaban por el ruido.

Tras varios días de duda sobre si el concierto se realizaría —pues el aval de las autoridades llegó apenas tres días antes—, los Guns N’ Roses cumplieron su cita con Bogotá la noche del martes, desatando una explosión de júbilo entre los asistentes.

El poderoso riff de Welcome to the Jungle, a cargo de Slash, marcó el inicio de una velada que reunió a varias generaciones de fanáticos. Axl Rose, enérgico y movedizo durante todo el espectáculo, saludó con entusiasmo, “¡Todos nuestros amigos colombianos están aquí!”.

Durante casi tres horas, la banda californiana recorrió cuatro décadas de historia musical con temas como Mr. Brownstone, Chinese Democracy, Bad Obsession, It’s So Easy y Slither, este último un cover de Velvet Revolver que ya es parte habitual de sus giras.

Un homenaje a Ozzy Osbourne

Uno de los momentos más emotivos de la noche llegó cuando Axl Rose se detuvo para rendir tributo al fallecido Ozzy Osbourne, ícono del heavy metal y exlíder de Black Sabbath.

“Esta va por el gran Ozzy”, dijo antes de que la banda interpretara potentes versiones de Never Say Die y Sabbath Bloody Sabbath, recibiendo una ovación masiva.

La conexión entre banda y público fue total. Slash y Richard Fortus se lucieron con solos de guitarra en Rocket Queen, mientras que Don’t Cry, Estranged y Knockin’ on Heaven’s Door emocionaron al público hasta las lágrimas.

Una bandera de Palestina en medio del rock

El punto más simbólico del concierto se vivió con Civil War, el clásico antibélico que Guns N’ Roses suele dedicar a las víctimas de los conflictos armados.

Al terminar la canción, una persona del público entregó a Axl Rose una bandera de Palestina con la frase “No necesito tu genocidio”. El vocalista la mostró al público y se la colgó al cuello, recibiendo una fuerte ovación de los asistentes.

El gesto fue interpretado como un mensaje de solidaridad con el pueblo palestino en medio del conflicto en Gaza. Axl Rose prometió autografiar la bandera y devolverla a su propietario.

Protestas afuera del recinto por el ruido

Mientras dentro del Vive Claro la banda hacía historia, en las calles aledañas el ambiente era muy distinto. Decenas de vecinos del sector de Salitre El Greco y Pablo VI protestaron durante todo el concierto, denunciando los altos niveles de ruido. “Tenemos que soportar más de 150 decibeles en una zona residencial, con adultos mayores y un hospital cerca. No es justo”, dijo una vecina a Blu Radio.

La protesta derivó en discusiones con quienes se reunieron afuera del recinto para escuchar el show gratis, algunos incluso con cerveza en mano. “No todos pueden pagar una boleta. Si se oye desde aquí, no estamos haciendo nada malo”, respondió uno de los asistentes que disfrutaba del concierto desde la calle.

Guns N’ Roses cerró su paso por Bogotá con una poderosa seguidilla: Sweet Child o’ Mine, November Rain, You Could Be Mine y Paradise City, con la que se despidieron entre fuegos artificiales y una ovación que retumbó más allá del recinto.

El paso de la banda por Colombia dejó mucho más que un concierto, un homenaje, un mensaje político y una noche en la que el rock volvió a ser protagonista, aunque no todos quedaron contentos con el ruido.

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