En uno de los conciertos más emotivos de su Las Mujeres Ya No Lloran World Tour, Shakira vivió un momento de gran vulnerabilidad en el escenario del Estadio Corregidora en Querétaro. Mientras interpretaba ‘Última’, su canción más íntima y asociada a su ruptura con Gerard Piqué, la artista no pudo contener la emoción y rompió en llanto.

La conmovedora escena, captada en video por los asistentes, se ha vuelto viral en redes sociales, mostrando una vez más la profunda conexión entre la cantante y su público.

Una despedida musical y una catarsis en el escenario

‘Última’, la balada de desamor que cierra su álbum, fue concebida por Shakira como la última canción dedicada a su expareja. En una entrevista con The New York Times, la artista confesó que se sentía «ahogada» con la canción y necesitaba «sacarla» para poder seguir adelante.

La letra, que narra la necesidad de soltar un capítulo doloroso y avanzar, resuena con una sinceridad que se amplifica en el escenario.

El hecho de que la artista se haya quebrado emocionalmente durante la interpretación subraya la intensidad del tema, que va más allá de un simple éxito musical para convertirse en un himno de su proceso de sanación.

@_danielrazo

Se me partió el corazón en mil pedazos ver a mi artista favorita de toda la vida llorar! Pero fue bonito como todo el estadio estuvimos apoyándola y dándole ánimos ❤️‍🩹😢 #Shakira #lmynlworldtour #queretaro #Mexico

♬ sonido original – Daniel

El regreso de una artista que abraza su vulnerabilidad

Este momento en Querétaro forma parte de una gira que ha marcado un regreso triunfal para Shakira, consolidándola como una artista que no teme mostrar su lado más humano.

En cada una de sus presentaciones, la barranquillera fusiona una impecable producción de tecnología y coreografías con una honestidad cruda que conmueve a su público.

Este episodio se suma a otros instantes emotivos del tour, como cuando interpretó ‘Antología’ y la ovación de los fans la llevó a las lágrimas. El apoyo masivo del público, que la ayudó a completar la canción, demuestra que su regreso a los escenarios es una catarsis compartida, donde la vulnerabilidad se convierte en una fuente de fortaleza.

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