En anticipación al centenario del nacimiento de Celia Cruz en 1925, una constelación de talentos cubanos se reunió en el SummerStage de Central Park para un vibrante homenaje. El evento, titulado «Celia vive«, celebró el legado de la «Reina de la Salsa» con música, baile y una profunda conexión con su historia.

El espectáculo, dirigido musicalmente por el tresista Nelson González, contó con la participación de figuras destacadas como Issac Delgado, Aymée Nuviola, Brenda Navarrete y Melvis Santa.

Omer Pardillo, exrepresentante y albacea de Celia, destacó la importancia del concierto en la ciudad que la vio florecer. «Celia es y seguirá siendo Nueva York«, afirmó Pardillo, recordando que fue en esta ciudad donde Celia Cruz se convirtió en una estrella internacional con las legendarias Estrellas de Fania.

La noche arrancó con la actuación de Brenda Navarrete, quien rindió tributo a las raíces de Celia con temas de santería, una faceta menos conocida pero fundamental en los inicios de la artista.

El concierto fue un emotivo recorrido por la vida y carrera de Celia Cruz. Las voces de Alain Pérez, quien fue director de orquesta de Celia, y Lena Burke resonaron con fuerza en temas como «Quimbara» y «Toro Mata». Aymée Nuviola, con su poderosa voz, interpretó clásicos como «Yerbero moderno» y «Bemba colorá», haciendo que el público coreara cada palabra.

Issac Delgado cerró la noche con una actuación magistral, interpretando «La sandunguita» y rindiendo homenaje a Ediie Palmieri.

Delgado y Pérez destacaron la humildad y el profesionalismo de Celia Cruz. «Su profesionalidad antes y después de trabajar es un ejemplo para cualquier músico», dijo Delgado, subrayando que Celia era una mujer que «iluminaba todo» el escenario.

La velada culminó con todos los artistas cantando al unísono el himno «La vida es un carnaval», un cierre perfecto para celebrar la inmortalidad de la «Guarachera de Cuba».

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