El mundo del espectáculo está conmocionado tras las graves acusaciones de Ivet Playà, una joven catalana de 26 años, contra Alejandro Sanz. En un video viral publicado en TikTok e Instagram, la exfan del cantante español lo señala por abuso emocional, manipulación y grooming, desatando un intenso debate sobre los límites éticos en las relaciones de poder.

Todo comenzó en 2015, cuando Ivet, entonces de 18 años, recibió mensajes privados de Sanz, quien tenía 49. “Yo era su fan y él me siguió en redes sociales. Yo alucinaba con que alguien como él, tan famoso, me mandara mensajes”, relató Playà, visiblemente afectada. Lo que empezó como admiración adolescente escaló a un vínculo personal que ella describe como una “terrible pesadilla”.

A los 19, Ivet trabajaba como dependienta para costearse viajes por España, asistiendo a 10 conciertos de Sanz en un mes y medio. “Jugó con mis sueños, jugó con mi ilusión”, afirmó. En 2017, con 22 años, dejó Barcelona para mudarse a Madrid tras ser contratada por el cantante. Sin embargo, asegura que sus conversaciones privadas eran espiadas, generando una sensación de vulnerabilidad.

Un sueño que se convirtió en pesadilla

La relación, según Ivet, evolucionó a un plano íntimo, pero el desequilibrio de poder marcó la dinámica. “Me siento engañada, utilizada, humillada, incluso sucia”, confesó, alegando que Sanz compartió información privada sin su consentimiento. La joven no busca presentar cargos legales, sino “recuperar su voz” y visibilizar relaciones desiguales.

Sanz, conocido por éxitos como Corazón Partío, no ha respondido públicamente. Su silencio contrasta con su imagen de artista sensible, que en 2016 detuvo un concierto en México para defender a una mujer de un agresor. Este episodio, sin embargo, ha dividido a sus seguidores, algunos apoyan a Ivet, mientras otros defienden al cantante, argumentando que la relación fue consensual y legal.

El caso ha reavivado la discusión sobre el grooming, un abuso donde un adulto manipula a una persona joven vulnerable. Aunque Ivet era mayor de edad, expertos señalan que la diferencia de edad y estatus crea un desbalance éticamente cuestionable. En redes, usuarios critican la idealización de ídolos, mientras otros piden esperar la versión de Sanz.

La controversia llega en un momento delicado, justo antes del inicio de la gira de Sanz y tras su reciente colaboración con Shakira en Bésame. ¿Cómo afectará esto su carrera? El público espera respuestas, mientras Ivet’s testimonio sigue resonando, desafiando la narrativa de un ícono intocable.

Deja un comentario

Tendencias